El ángel de la guarda o ángel
custodio es el ángel que, según las creencias cristianas, Dios envía a las
personas cuando nacen para protegerlas durante toda su vida. Los cristianos
argumentan que la Biblia sustentaría en algunas ocasiones la creencia del ángel
de la guarda: «Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en
el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado» (Éxodo 23, 20).
La celebración dedicada a los
ángeles de la guarda surgió en España, en el siglo V. En esa época se empezó a
celebrar el Día del Ángel de la Guarda juntamente con la fiesta del Arcángel
Miguel (29 de septiembre). La Iglesia en Inglaterra celebró esta fiesta desde
el año 800.
En el siglo XII, Honorio de Autun
escribió que Dios, al unir cada alma con el cuerpo, la confía a un ángel, cuya
misión será inducirla al bien y dar cuenta de sus actos frente a Dios. San
Alberto Magno, santo Tomás de Aquino y san Pedro Damián escribieron más o menos
simultáneamente ―en el siglo XIII― que cuando una persona peca, el ángel
guardián no la abandona sino que trata de llevarla al arrepentimiento y la
reconciliación con Dios.
El papa León X (1475-1521) aprobó
un nuevo oficio ―compuesto por el monje franciscano Juan Colombi― que
establecía la doctrina de la existencia de un ángel personal. El papa Pablo V
(1560-1621) universalizó esa creencia. En 1670, el papa Clemente X (1590-1676)
instauró la celebración de la fiesta del Santo Ángel de la Guarda, dedicada el
día 2 de octubre al ángel particular de cada persona.
En Inglaterra desde el año 800
acontecía una fiesta dedicada al ángel de la guarda y a partir del año 1111
surgió una oración (presentada a continuación). De Inglaterra esta fiesta se
extendió al resto de los países del mundo después del año 1608 por iniciativa
del papa de la época. El Día del Ángel de la Guarda es conmemorado el día 2 de
octubre.
Oración Inglesa:
Ángel del Señor que por orden de la
piadosa providencia divina,
eres mi guardián guárdame en este día [en
esta tarde o en esta noche],
ilumina mi entendimiento, dirige mis
afectos,
gobierna mis sentimientos para que yo
jamás ofenda al Dios y Señor.
Amén.
Existe otra oración tradicional
católica al Santo Ángel:
Santo Ángel del Señor, mi celoso guardador,
pues que a ti me confío la Piedad divina,
hoy y siempre me ilumine, custodie, rija y gobierne.Amén.
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